domingo, 2 de octubre de 2011

EDITORIAL | Consulta Previa sí, Referéndum no

Sol de Pando no comparte la idea de que la preservación del medio ambiente es incompatible con la necesidad del desarrollo vial del país. No es verdad que el Tipnis sea el único bosque primario intocable en Bolivia…

La crisis del Tipnis ha generado un dilema  —Consulta Previa o Referéndum Electoral—  que el país sólo podrá dirimir en función a la capacidad ética y moral que prevalece en nuestra sociedad. Además de implicar un asunto de elemental sentido común, optar por la solución adecuada para salir de la crisis es un desafío a la calidad intelectual de los bolivianos.
Sol de Pando no comparte la idea de que la preservación del medio ambiente es incompatible con la necesidad del desarrollo vial del país. No es verdad que el Tipnis sea el único bosque primario intocable en Bolivia. El Tipnis no es la vasta Amazonia boliviana, es una porción mínima de ella, importante por cierto,  pero no tanto como para afirmar que la construcción de la carretera por medio de este Parque Indígena dejará sin aire al Planeta.
Si no existiese otra alternativa más viable técnica y financieramente, se debe admitir que la construcción del camino Cochabamba-Beni atravesando el Tipnis puede significar también, con todos sus efectos multiplicadores, un fortalecimiento del territorio indígena autónomo y de los pueblos originarios que habitan en este Parque Nacional. Pero, sin duda, también puede significar etnicidio y devastación, si la obra caminera excluye a los pueblos indígenas de su gestión y fiscalización.
En tal sentido, la Consulta Previa es la opción ideal para hacer de la carretera un factor favorable a los pueblos indígenas; y el Referéndum propuesto por el Gobierno es la continuidad de aquella sinuosa  —y hasta corrupta— pretensión de usar la obra caminera como un mecanismo para avasallar a los pueblos originarios del Tipnis, despojándolos de su territorio con fines inconfesables.

SUB-EDITORIAL
Un dilema clave sobre el Tipnis
Ø  La Consulta Previa garantizará el control autónomo de los pueblos indígenas incluso sobre la carretera si atraviesa el Parque. Es para que el autogobierno indígena se ejerza en ese territorio con plena potestad autonómica. El camino sería parte del territorio indígena y por tanto ese camino también será propiedad de los indígenas, con facultades para generar recursos por los cobros de peajes y otros ingresos codiciados por la burocracia estatal.
Ø  El Referéndum, en cambio, busca que un sector de cocaleros avasalladores consoliden la expansión de sus cultivos ilegales sobre el territorio indígena y para que ciertos empresarios masistas ligados a capitales brasileños aumenten su enriquecimiento controlando los negocios hoteleros y turísticos a lo largo de la carretera, marginando como siempre de esos negocios a los pueblos indígenas que son dueños del territorio y por tanto de la carretera misma.

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