lunes, 20 de febrero de 2012

IMÁGENES QUE CONFIRMAN | El diluvio dio fin con Bolpebra

| Foto Jairo Grandy Sáez.
Antes de la riada del 16 de febrero, Bolpebra ya era casi un pueblo fantasma. El río Acre terminó con la agonía de aquel incipiente municipio tragándoselo entero y lentamente, sin provocar bajas. Entre sus habitantes que huyeron al Brasil tras recibir las primeras señales anunciadoras del diluvio, se contaba la comunidad de indígenas Yaminahua-Machinery, que acogidos por sus parientes en el lado brasileño huyeron a la otra orilla del río, y quizá nunca más vuelvan a Bolivia...
por Wilson García Mérida
“Lamento informarles que Bolpebra ha desaparecido, toda su parte urbana, toda la gente de ahí al parecer se han ido a la ciudad de Assis Brasil”, informó a Sol de Pando, el pasado 18 de febrero, Leonor Mercedes Perales Yabar, regidora del municipio de Iñapari, en la provincia Tahuamanu, región Madre de Dios del Perú.

Un antiguo barracón que ya era una pieza de museo antes del diluvio. 
| Foto Jairo Grandy Sáez.
Mercedes Perales venía a confirmar lo que habíamos sostenido en nuestro informe del 17 de febrero, al día siguiente del desastre, cuando nuestros reporteros ciudadanos nos reportaron que los habitantes de aquel aislado municipio habían huido a la orilla brasileña del río Acre, el municipio de Assis Brasil, una vez que las turbulentas aguas habían bajado, lentas pero caudalosas, desde Iñapari (Perú) y Rio Branco (Brasil).
El mismo 17 de febrero, el periodista brasileño Alexandre Lima informó que el municipio peruano de Iñapari presentaba un 70% de daño en su infraestructura urbana, Assis Brasil 80% y Bolpebra 100%.
El asistencialismo del Gobierno se activó tardíamente. | Foto Jairo Grandy Sáez.
Un viaje a la nada
A pesar de los intentos gubernamentales por minimizar el desastre en medio del carnaval, el ascenso de las aguas que terminarían cayendo sobre la misma capital de Pando, Cobija, obligó al gobernador de este Departamento —recién 48 horas después de consumarse la desaparición de Bolpebra— dirigirse al lugar llevando vituallas que nadie recibiría, pues en el lugar del rústico pueblo sólo encontró al turbulento y ávido río que se deglutió sin atragantarse la pintoresca placita principal sin edificios, construida cinco años atrás con recursos del programa “Evo Cumple”.
Sólo quedan como islotes muy pocas edificaciones recientes construidas con ladrillo y cemento. El resto de la comarca, en su mayoría formada por rústicas viviendas de madera, ha desaparecido irremediablemente dentro las fauces del río.
Bolpebra: desequilibrio en la triple frontera
Uno de los pocos edificios de ladrillo y cemento que resiste el embate.
 | Foto Jairo Grandy Sáez.
Las autoridades del Gobierno han anunciado que se dispondrán partidas presupuestarias para reconstruir Bolpebra una vez que bajen las aguas.
Pero una vez que bajen las aguas sólo quedarán vestigios en ruinas de lo que fue un pueblo agonizante ya antes de la riada. En diciembre del 2010, reporteros de Sol de Pando constatamos, en el lugar, que Bolpebra era casi un pueblo fantasma en cuyo nombre se aprobaban y financiaban  proyectos que jamás impactaron en un fortalecimiento efectivo de aquel municipio fronterizo. Tanto así que el Alcalde y los concejales de este intento de municipio seguían sesionando en Cobija, a 200 kilómetros de Bolpebra, pues aquí no existían ni siquiera oficinas administrativas para funcionar como tal. En ese momento (hace un año y un mes apenas de nuestro reportaje en el sitio) Bolpebra no tenía ni luz eléctrica.

La pobreza extrema de Bolpebra, su persistente y secular abandono, a pesar de que el actual gobierno del presidente Evo Morales  enarboló un discurso que decía priorizar estos territorios en las políticas estatales llegando inclusive a crear un ampuloso aparato gubernamental con ese fin  ("Ademaf", cuyo director departamental en Pando brilló por su ausencia en estos días del trágico Carnaval), mantuvo a Bolivia en una situación de absoluto desequilibrio dentro la triple frontera con Brasil y Perú.

El diluvio de febrero puso en dramática evidencia aquel desequilibrio: mientras las ciudades vecinas de Iñapari (Perú) y Asis Brasil (Brasil) han sobrevivido y sobrevivirán al cruel embate del río Acre gracias a su avanzada infraestructura urbana desarrollada en torno a la Carretera Bioceánica, en la parte boliviana del trángulo, Bolpebra, el vacío latente de Estado terminó con la desaparición de este incipiente municipio. 

Después del diluvio que borró del mapa a Bolpebra de un plumazo, el vacío que queda permitirá a narcotraficantes y contrabandistas de madera, oro y especies preciosas incrementar sus actividades criminales, poniendo en alto riesgo la seguridad de los tres países.
¿Proyectos fantasmas?
La Gobernaciòn de Pando dispuso una inversión en Bolpebra
de Bs. 5’544.000 para el 2011. | Foto Jairo Grandy Sáez.
Para la gestión 2011, la Gobernación de Pando aprobó y dispuso un presupuesto de Bs 5’544.000 para contratar a tres empresas constructoras que ejecutarían cuatro proyectos orientados al “fortalecimiento fronterizo” en Bolpebra.

La Gobernación se negó sistemáticamente a informar a Sol de Pando sobre el avance o la situación de esos proyectos debidamente financiados. No sabemos si los mismos se han concluído y què beneficios han reportado para el territorio y la poblaciòn de Bolpebra.

La senadora Carmen Eva Gonzales, quien fiscaliza el desempeño actual de la Gobernación, anunció a Sol de Pando que pedirá al gobernador Flores Roberts rinda cuentas sobre aquellos recursos destinados a Bolpebra y que se habrían invertido en cuatro proyectos de infraestructura fronteriza en la pasada gestión 2011. Sol de Pando respaldará esa gestión de la senadora Gonzáles, en aras de la transparencia que merece el noble pueblo de Pando en el uso de los recursos que le pertenecen.
Un camarógrafo tomando imágenes de Bolpebra aún no difundidas.
 | Foto Jairo Grandy Sáez.
La expulsión de los Yaminahua-Machinery
Una familia Yaminahua-Machinery visitada
 por Sol de Pando en diciembre del 2010,
TCO San Miguel de Bolpebra.
 | Foto Silvia Antelo Aguilar
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2005 Bolpebra tenía una población de aproximadamente 1.200 habitantes, contando la población colona conformada en su mayoría por migrantes del valle de Tarija, y la población indígena Yaminahua-Machinery. Los colonos ocupaban el área municipal “urbana” de San Pedro de Bolpebra, y los Yaminahua-Machinery el Territorio Comunitario Originario (TCO) de San Miguel de Bolpebra.
En el 2008, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (Inra) dotó a 25 familias de esta etnia fusionada una superficie de 11.500 hectáreas de bosque castañero. Sin embargo, cuando los visitamos poco antes de la navidad del 2010, pudimos constatar que el grupo estaba diezmado por el dengue y otras enfermedades virales, sin ninguna atención médica efectiva por parte del gobierno. El drama se agudizaba con los constantes acosos y abusos que sufren estos indígenas por parte de narcotraficantes y contrabandistas de madera que campean en la zona aprovechando la oscuridad de Bolpebra por carencia de luz eléctrica. Una buena parte de estos comunarios indígenas habían optado por cruzar la orilla del río para reunirse con sus parientes que habitan comunidades bien protegidas en el municipio brasileño de Assis Brasil. Los Yaminahua-Machinery en ambas orillas del Río Acre, además de hablar su lengua Pano, se comunican en un perfecto “portuñol”. Así que cuando sobrevino la riada del 16 de febrero, los Yaminahua-Machinery de la parte boliviana ya sabían a dónde irse, acaso para nunca más retornar.
Al dar fin con Bolpebra, el río Acre sólo terminó de destruir lo que el Estado Plurinacional de Bolivia nunca empezó a construir con verdadera eficiencia administrativa ni honestidad revolucionaria. Bolpebra, ese vacío en la triple frontera, terminó siendo llenado por las implacables aguas de  este histórico río amazónico.
| Foto Jairo Grandy Sáez.