viernes, 22 de junio de 2012

IMÁGENES DEL MOTÍN | La nueva rebelión policial fue más radical que la del 2003

Efectivos de la Utop de Cochabamba atrincherados en la azotea de su Comando.
Foto Opinión

Así como en el motín de febrero del 2003, la nueva rebelión de la tropa policial surge desde los estómagos hambrientos de estos servidores públicos y sus familias, con una demanda salarial que el Estado, ya sea neoliberal o plurinacional, ha sido incapaz de resolver con elemental sensibilidad humana. También es común a ambos motines la tensa e histórica disputa por espacios funcionales con las Fuerzas Armadas. La diferencia grave es que el nuevo motín está motivado por una estrategia gubernamental claramente orientada a  someter a los policías bajo un régimen disciplinario que los amordaza como ciudadanos, les reduce como institución a su mínima expresión y les condena al hambre como servidores públicos de segunda categoría, en comparación al privilegiado escalafón militar. Por eso el motín ahora es nacional…

por Wilson García Mérida



Febrero |  2003

Los días 12 y 13 de febrero del año 2003, la tropa policial en La Paz se amotinó rechazando un decreto que disponía un impuesto a los salarios de los trabajadores bolivianos, pretendiendo con ello el Gobierno cubrir un severo déficit fiscal producto de la corrupción política y la crisis neoliberal.
El mayor David Vargas en febrero del 2003.
Los policías de bajo rango —que constituyen uno de los sectores de la administración pública peor pagados a pesar del estigmatizado y riesgoso rol institucional que cumplen para proteger la potestad del Estado— rechazaron el “impuestazo” amotinándose en una conjunción movilizada con estudiantes y obreros que asediaron la Plaza Murillo; y todas las unidades, desde bomberos hasta agentes de tránsito, se acuartelaron en el Comando de Seguridad Física (hoy Utop), a donde ingresaron con las viseras puestas al revés. La rebelión activa se circunscribió a la ciudad de La Paz; en el resto del país las unidades policiales se mantenían pasivas pero expectantes. El gobierno de Sánchez de Lozada, a través de su ministro Sánchez Berzaín, lanzó tropas militares a las calles y dispuso francotiradores que abrieron fuego desde las azoteas del Palacio Quemado y otros edificios adyacentes, dejando 35 muertos y más de 200 heridos, que fue el saldo de aquella desigual guerra interna entre las FF.AA. y la Policía, con la represalia adicional de que el régimen dio de baja al mayor David Vargas, truncando la carrera de aquel joven jefe policial que había actuado como vocero del movimiento reivindicativo.  Sólo entonces el Gobierno de Sánchez de Lozada anuló el decreto de su pretendido e impopular “impuestazo” anti-salarial; pero su caída, que se produjo estrepitosamente en octubre de ese año, se tornó inminente.



Junio | 2012

El pasado 19 de junio una veintena de esposas de policías de bajo rango se declararon en huelga de hambre tomando las oficinas del Comando General, en La Paz, para exigir salarios justos, a son de la consigna de “motín policial”.  El miércoles, cumpliendo el rito libertario de volcarse las viseras, la tropa tomó las instalaciones de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (Utop), la misma que había sido el lugar del motín en el 2003, a una cuadra de la Plaza Principal.  
Una imagen recurrente en la última década.
Pero esta vez, a diferencia del Febrero Negro de hace nueve años, el motín es mucho más intenso, masivo y generalizado. Los amotinados de La Paz salieron a las calles para marchar con sus familias, mujeres e hijos, y expresaron su descontento con el régimen atacando instalaciones controladas por el Gobierno como la Dirección de Inteligencia. En el resto del país sucedió lo mismo, decenas de piquetes de huelga conformados por las esposas se han instalado en todos los cuarteles policiales de Bolivia; a la tropa rasa se han sumado jefes y oficiales y los servicios policiales se han desactivado en todo el territorio, a tal punto que el sistema bancario suspendió sus actividades por obvias razones de seguridad. El Gobierno, avezado “ninguneador” de las entidades críticas de la sociedad civil, “minimiza” el motín y dilata las posibilidades de una solución concertada. Entretanto el Ministro de la Presidencia, uno de los principales gestores y responsables de esta crisis, ha activado los aparatos de Inteligencia bajo su control directo, desplegando temerariamente agentes del Ejército para fisgonear en los cuarteles policiales y nuevamente surge el fantasma de un enfrentamiento entre policías y militares; varios agentes de la inteligencia militar que merodeaban por los piquetes de huelga han sido identificados y capturados infraganti por los policías en Oruro y Cochabamba.
Exigen que Evo anule su Ley para “disciplinarlos”.
La crisis se desató ya hace más de un año, en abril del 2011, cuando el presidente Evo Morales promulgó una draconiana Ley de “Disciplina Policial”, la Ley 101, que castiga con trabajos forzosos a los policías que cometan la menor infracción reglamentaria como no saludar a sus superiores, en vez de mejorar los salarios de la tropa para evitar la rutinaria corruptela, ya que en comparación a los sueldos que ganan los uniformados de las FF.AA. son abismalmente inequitativos. El problema se complicó el pasado 21 de mayo, cuando “JR” Quintana impuso como Comandante General a su hombre de confianza dentro los aparatos de Inteligencia, el coronel asimilado Víctor Maldonado, quien es uno de los principales actores en la represión contra los indígenas del Tipnis en  Chaparina. La imposición de Maldonado en el Comando Nacional por influencia de Quintana apunta a cercenar varias  funciones policiales limitando el presupuesto de esta institución y liquidando una promoción de generales para favorecer a la expansión militarista en el actual “proceso de cambio”. Tales son las reales y profundas causas del nuevo motín policial que está estremeciendo a Bolivia.

En Tarija esperan pronta solución
Los miembros de la Asociación Nacional de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclapol) se acuartelaron en el Comando Departamental aunque hay efectivos cumpliendo labores de emergencia; mientras las esposas de los uniformados, entrando al cuarto día de huelga de hambre, anuncian radicalizar sus medidas si el Gobierno no atiende el pliego policial.
Foto APG Agencia

En el Beni interpelan a Evo
Además de la capital Trinidad, las ciudades de Riberalta y Guayaramerín son también foco del amotinamiento. Policías de baja graduación, en su mayoría provenientes del occidente del país, mantienen una compacta unidad con sus camaradas de origen mojeño, exigiendo al presidente Evo Morales intervenir personalmente en la solución de las demandas que consideran justas y legítimas.
Foto EFE

En Sucre el repliegue es ordenado
El comandante Departamental de la Policía, coronel Rolando Ramos, confirmó que desde la tarde del miércoles se suspendió el servicio de patrullaje en la ciudad, por el repliegue de los efectivos al Comando donde están sus esposas; aunque algunos servicios como la Patrulla 110 y la Unidad de Protección a la Familia hacían turnos de emergencia; es un repliegue sistemático y ordenado.
Foto Correo del Sur

En Cochabamba el motín se endurece
La gravedad del conflicto en la ciudad del valle llegó al extremo en que los amotinados incendiaron el viernes instalaciones del Comando Departamental y la suspensión de los servicios policiales fue total con toma de instalaciones, incluyendo el Segip que es administrada por la Corte Electoral.
Foto Los Tiempos

En Santa Cruz se tomó Palmasola
El piquete de huelga de la Anssclapol permanece en las puertas del penal de Palmasola. Las oficinas de la Unidad Operativa de Tránsito están cerradas, los trámites paralizados; y también se tomaron las instalaciones del Segip, cuyos funcionarios civiles pusieron a buen recaudo archivos y computadoras.
Foto El Deber

En Potosí se suman jefes y oficiales
El Comandante Departamental, Cnl. Eduardo Veramendi, cedió sin ninguna objeción las oficinas de su Comando para que las esposas de los policías instalen su piquete de huelga. El jefe policial considera justas las demandas de sus camaradas subordinados, las cuales consisten en la nivelación salarial al escalafón militar, jubilación con el 100% del último salario y la abrogación de la Ley 101 de Régimen Disciplinario de la Policía.
Foto El Potosí

En Oruro también se tomó el Segip
Los suboficiales, sargentos y cabos junto a sus esposas, en parmanente deliberación, mantienen la toma del Comando Departamental de la Policía y de las oficinas del Servicio General de identificación Personal (Segip), donde una treintena de uniformados procedieron a realizar destrozos y quema de documentación, según informó el director de esta repartición estatal, Antonio Costas.
Foto La Patria

En La Paz hay luto e insubordinación
Un agorero accidente en la Academia Nacional de Policías donde fallecieron los cadetes Rodrigo Sánchez y Brian Villca al derrumbarse una baranda mal construida, radicalizó más a la tropa insurrecta que exige la renuncia del Comandante General subordinado a Quintana. La furia se desató contra la Dirección de Inteligencia, cuyos archivos fueron quemados.
Foto APG Agencia

Foto Los Tiempos